Las abadías abandonadas. Por Yorkshire (2)
Enrique VIII fue probablemente el monarca más influyente que tuvo Inglaterra. Resumiendo brevemente, decidió que como era posible que siendo él el Rey, iba a tener a alguien por encima (leáse La Iglesia) que le dijera lo que podía o no podía hacer especialmente en temas de casamientos y descasamientos. Tampoco es que le importara demasiado pues se hizo famoso por decapitar a sus mujeres (inspirando entre otros a la malvada Reina de Corazones de Alicia en el País de las Maravillas: "Que le corten la cabeza!!!"). Estos y otros desaires con Roma le hicieron desentenderse de la Iglesia Católica y montar la suya propia, siendo él además el que hacía y deshacía a su antojo, que para eso era el amo y señor. Aquí estaba el nacimiento de la inglesia de Inglaterra que daría lugar a la Iglesia Anglicana.
Está decisión provocó entre otras muchas consecuencias, que se confiscaran las propiedades de la Iglesia en lo que se llamó la Disolución de los Monasterios. Debido a esta decisión muchísimos conventos, monasterios y abadías fueron abandonados a lo largo y Ancho de Inglaterra, Gales e Irlanda.
Fountains Abbey fue en su momento una colosal estructura con un cellarium abovedado de 90 m y una imponente torre gótica, que mostraba la riqueza de la abadía. Ahora mismo, sólo las ruinas ya resultan impresionantes tanto por extensión como al ponerle un poco de imaginación al verla en pleno rendimiento, en sus momentos de mejor gloria.
Pero no sólo al Abadía y el pasear por sus arcos sin techo resulta sobrecogedor, sino que además las extensiones de bosque a su alrededor son preciosas. Añadamos otros 2 kilómetros cuadrados de terreno a los que ya tenían la abadía, por el que discurre un apacible río entre bosques y cuidados jardines. Si no hubiera sido por la molesta e incesante lluvia habría disfrutado cada paso del paseo, pero gracias a ella el paisaje tuvo ese punto tétrico lleno de grises y ligeras brumas que lo hicieron tan especial.
Similar destino tuvo la abadía de Rievaulx, no tan extensa, pero igualmente majestuosa.
Hoy las ruinas de todas estas abadías ya son parte del paisaje natural cubiertas de plantas, con los pájaros sobrevolando el cielo a través del techo abierto.
Realmente interesantes.
Está decisión provocó entre otras muchas consecuencias, que se confiscaran las propiedades de la Iglesia en lo que se llamó la Disolución de los Monasterios. Debido a esta decisión muchísimos conventos, monasterios y abadías fueron abandonados a lo largo y Ancho de Inglaterra, Gales e Irlanda.
Fountains Abbey fue en su momento una colosal estructura con un cellarium abovedado de 90 m y una imponente torre gótica, que mostraba la riqueza de la abadía. Ahora mismo, sólo las ruinas ya resultan impresionantes tanto por extensión como al ponerle un poco de imaginación al verla en pleno rendimiento, en sus momentos de mejor gloria.
Pero no sólo al Abadía y el pasear por sus arcos sin techo resulta sobrecogedor, sino que además las extensiones de bosque a su alrededor son preciosas. Añadamos otros 2 kilómetros cuadrados de terreno a los que ya tenían la abadía, por el que discurre un apacible río entre bosques y cuidados jardines. Si no hubiera sido por la molesta e incesante lluvia habría disfrutado cada paso del paseo, pero gracias a ella el paisaje tuvo ese punto tétrico lleno de grises y ligeras brumas que lo hicieron tan especial.
Similar destino tuvo la abadía de Rievaulx, no tan extensa, pero igualmente majestuosa.
Hoy las ruinas de todas estas abadías ya son parte del paisaje natural cubiertas de plantas, con los pájaros sobrevolando el cielo a través del techo abierto.
Realmente interesantes.
3 comentarios:
Me ha encantado el post (extensible a todo Yorkshire)... ya sabes, mi fascinación personal con las piedras viejas y la bruma.
Rezuman un romanticismo y una nostalgia que no poseen ningún otro edificio, es como para quedarse a vivir en ellas unos días, inolvidables, claro :)
Un abrazo
Estoy de acuerdo con los dos. Nos atraen las ruinas y su aire melancólico...
Saludos!!
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