El circo ha llegado a la ciudad! El Fringe.
Voy a comenzar por casi el final porque quiero, porque puedo y porque me conviene para situar un punto de partida que si bien lo fue durante unas breves instantes sería más cierto definirlo como punto de llegada. Siendo esto así, tras este post retomaremos (si mis neuronas tienen a bien) un orden medianamente cronológico.
Y es que no me voy a extender en lo maravillosa que es Edimburgo, el que haya estado allí ya lo sabrá y el que no haya estado no lo sabrá hasta que no vaya, que por mucho que yo lo describa no será lo mismo. Así que mientras os debatis entre el deseo de recordar y el deseo de ir os contaré como cambian las calles adoquinadas y las paredes de piedra durante el mes de Agosto para tranformarse en la locura que es el festival de Edimburgo.
La historia del festival resulta un poco confusa porque hay dos festivales que se solapan y no son el mismo, así que atentos pues nos remontamos a 1947: la segunda guerra mundial había terminado dos años antes, en 1945, y en un intento de marcar la vuelta a tiempos de paz y relanzar las relaciones entre los paises (así como para potenciar la vida cultural inglesa y escocesa) apareció el festival de Edimburgo, que traía a gente de todo el mundo en danza, música clásica, ópera y teatro. Todo de un corte muy clásico que fue un gran éxito.
Pero claro, no había hueco para todas las compañías que quisieron participar y 8 de las no invitadas, decidieron participar igualmente. Montaron su propio mini festival, al margen del otro aprovechándose de las enormes colas para mostrar un teatro más alternativo. Así se forjó la historia y ahora el Fringe (margen, borde) es el festival de artes más grande del mundo y que atrae a hornadas y hornadas de gente a Edimburgo. Entre ellos nosotros. :)
Así pues tenemos los dos festivales solapados durante dos semanas para saciar los gustos más diversos, pero el Fringe es el que se lleva el gato al agua y el que desata el caos en la ciudad. Absolutamente todo lo que sea susceptible de ser utilizado como escenario será utilizado como escenario. Da igual, habrá quién tenga mayor campaña y renombre y pueda utilizar una sala de un teatro o un salón de actos de una universidad, pero quien no lo tenga montará su carpa, o actuará en lugarmes más pequeños, donde puede haber o no sillas, focos o incluso un aforo reducido a 10 o 12 personas.
Todo vale y por si fuera poco toda esta maraña de gente atrae además a miles de artistas callejeros procedentes de todos los rincones del planeta para intentar captar las miradas de los que pasan por las calles. Magos, acróbatas, payasos, músicos, bailarines, se disputan la atención de los transeuntes. Y esto para el respetable es una gozada.
No acabas de ver a uno y ya te metes en otro y entre medias, otros artistas intentando publicitar su espectáculo para asegurarse la supervivencia y si los dioses son propicios volver al año siguiente con algo más de renombre y lo mismo hasta una sala más grande y con más aforo.
Aparte de los espectáculos teatrales callejeros que vimos y que no fueron pocos, también nos gastamos los cuartos para ver la actuación más freak del festival y los ya míticos Gamarjobat, que como siempre fueron geniales y sigo recomendandolos por su humor fresco y directo con el público aunque a veces la tomen con alguno como el que estas líneas suscribe. Jejeje. (Me sacaron dos veces al escenario!!! realmente lamentable). Al final tras el show estuve un ratito hablando con ellos y por mi buen aguante me regalaron dos chapitas! Ja.
Por lo demás el ambiente es impresionante. Simplemente pasear por la calle y ver todo lo que hay montado te hace estar de buen humor, la gente pasea sonriente y los adultos se regresionan a la edad de los niños compitiendo en disfrute. :) Mmmm que gozada!
¿Que el circo ha llegado a la ciudad? Quizás sería más correcto asegurar que la ciudad ha llegado al circo...
Y es que no me voy a extender en lo maravillosa que es Edimburgo, el que haya estado allí ya lo sabrá y el que no haya estado no lo sabrá hasta que no vaya, que por mucho que yo lo describa no será lo mismo. Así que mientras os debatis entre el deseo de recordar y el deseo de ir os contaré como cambian las calles adoquinadas y las paredes de piedra durante el mes de Agosto para tranformarse en la locura que es el festival de Edimburgo.
La historia del festival resulta un poco confusa porque hay dos festivales que se solapan y no son el mismo, así que atentos pues nos remontamos a 1947: la segunda guerra mundial había terminado dos años antes, en 1945, y en un intento de marcar la vuelta a tiempos de paz y relanzar las relaciones entre los paises (así como para potenciar la vida cultural inglesa y escocesa) apareció el festival de Edimburgo, que traía a gente de todo el mundo en danza, música clásica, ópera y teatro. Todo de un corte muy clásico que fue un gran éxito.
Pero claro, no había hueco para todas las compañías que quisieron participar y 8 de las no invitadas, decidieron participar igualmente. Montaron su propio mini festival, al margen del otro aprovechándose de las enormes colas para mostrar un teatro más alternativo. Así se forjó la historia y ahora el Fringe (margen, borde) es el festival de artes más grande del mundo y que atrae a hornadas y hornadas de gente a Edimburgo. Entre ellos nosotros. :)
Así pues tenemos los dos festivales solapados durante dos semanas para saciar los gustos más diversos, pero el Fringe es el que se lleva el gato al agua y el que desata el caos en la ciudad. Absolutamente todo lo que sea susceptible de ser utilizado como escenario será utilizado como escenario. Da igual, habrá quién tenga mayor campaña y renombre y pueda utilizar una sala de un teatro o un salón de actos de una universidad, pero quien no lo tenga montará su carpa, o actuará en lugarmes más pequeños, donde puede haber o no sillas, focos o incluso un aforo reducido a 10 o 12 personas.
Todo vale y por si fuera poco toda esta maraña de gente atrae además a miles de artistas callejeros procedentes de todos los rincones del planeta para intentar captar las miradas de los que pasan por las calles. Magos, acróbatas, payasos, músicos, bailarines, se disputan la atención de los transeuntes. Y esto para el respetable es una gozada.
No acabas de ver a uno y ya te metes en otro y entre medias, otros artistas intentando publicitar su espectáculo para asegurarse la supervivencia y si los dioses son propicios volver al año siguiente con algo más de renombre y lo mismo hasta una sala más grande y con más aforo.
Aparte de los espectáculos teatrales callejeros que vimos y que no fueron pocos, también nos gastamos los cuartos para ver la actuación más freak del festival y los ya míticos Gamarjobat, que como siempre fueron geniales y sigo recomendandolos por su humor fresco y directo con el público aunque a veces la tomen con alguno como el que estas líneas suscribe. Jejeje. (Me sacaron dos veces al escenario!!! realmente lamentable). Al final tras el show estuve un ratito hablando con ellos y por mi buen aguante me regalaron dos chapitas! Ja.
Por lo demás el ambiente es impresionante. Simplemente pasear por la calle y ver todo lo que hay montado te hace estar de buen humor, la gente pasea sonriente y los adultos se regresionan a la edad de los niños compitiendo en disfrute. :) Mmmm que gozada!
¿Que el circo ha llegado a la ciudad? Quizás sería más correcto asegurar que la ciudad ha llegado al circo...
El resto de fotos festivaleras aquí.