miércoles, enero 31, 2007

Mercaderes y atardeceres: Edimburgo (2)

Los mercados de granjeros se definen como un mercado donde el granjero, ganadero o productor vende sus productos directamente sin necesidad de intermediarios. Así vende lo que ha cultivado, lo que ha cocinado, recolectado etc.

A los pies de la colina que corona el castillo de Edinburgo se puede disfrutar cada sábado de un mercado de estas características, donde además de los productos típicos en este tipo de saraos como quesos, bizcochos, ternera, pollo, cordero, se puede degustar algo de carne de jabalí o incluso búfalo. El rango es amplio: Fruta, verduras, miel, huevos, cerveza...



Seguramente ya andareis salivando y generando esos jugos gástricos que os incitarán a asaltar esa sana máquina de patatas fritas, chocolatinas y pollanitos varios que todos teneis en vuestras oficinas en lugar de meteros un filete de toro silvestre. La vida es dura lo sé. Pero yo mantuve el tipo sin perder demasiado la dignidad con la frialdad de quién entra en un supermercado sin denterse en cada estante y llenar el carro de tentaciones varias. La clave para mantener la compostura es exactamente la misma. Asaltarlo con el estómago lleno.



En mi caso he de reconocer que la dignidad quedó cuando poco encubierta, a modo de cortina de humo, si he de reconoceros que son los restaurantes colindantes los que se aprovechan del mercado para ofrecer un farmer's market breakfast (a las 12.30) que nos lleno la andorga hasta decir basta.

Tuvimos la opción de decidir entre el más sano con algo de verde y el menos sano con nada de verde. La opción mañanera sin miedo a la muerte guíada por las influecias hipnóticas estomacales hizo el resto. NO diré más. Productos de primera calidad para decorar las paredes gástricas. Que champiñones, que bacon, que salchichas, que huevo, que pan!!! Desayuno continental o intercontinental diría yo.

Vamos, la bomba que todos necesitamos. Regada con cafelín y zumo de manzana. :) jejeje.

Cambiemos de tercio, pues auqnue no soy metereologo ni mucho menos se leer los cirros, nimbostratos, cumulononimbos y demás tipos de nubes, no seré yo el más indicado para hablar de porque tuvimos los maravillosos atardeceres que tuvimos, no se si será cuestión del frío sin lluvia, del calentamiento global o vaya usted a saber (espero que nuestro metereologo anónimo se pronuncie al respecto), el caso es que hasta cabe la posibilidad de que sea algo que suceda cada día (?), pero a las pruebas me remito, señor juez.







Y el señor que hace los atardeceres se habrá quedado tan ancho.

martes, enero 30, 2007

Capital de Escocia. Edimburgo (1)

Un cañonazo en el castillo indicaba que era la una de la tarde, al mismo tiempo que el enorme reloj que coronaba el Balmoral indicaba la 1.05. Cinco minutos de margen para que los más despistados puedan llegar con un poco de margen a la estación de tren. Desde la parte de arriba del autobús mientras cruzaba por Princes Street me alegré infintamente de haber dejado la mañana lluviosa de Londres para encontrarme en un día soleado en el medio de Edimburgo.





Volví. No había bajado del autobús y ya estaba deseando perderme por el intrincado y caótico mundo de la ciudad vieja, saborear una Deuchars (que lamentablemente no puedo encontrar en Londres) y encontrarme con el bueno de Graham para pasar un fin de semana de disfrute y goce en esta maravillosa ciudad escocesa.


No lo negaré. Es una de mis ciudades favoritas. Sus edificos de piedra gris ennegrecida reflejena la luz de una forma increible. En un principio eché de menos el olor de la cebada que suele cubrir la ciudad. Apenas había viento que trajera el aroma desde la fábrica de cerveza, pero en el momento que se levantó una pequeña brisa ya caí irremediablemente en las redes de la ciudad.


Era la misma ciudad pero totalmente diferente. Mi visita anterior fue en el festival de verano de Edinburgo, un festival de más de un mes de duración que llena sus calles con artistas y turistas venidos de todas partes del mundo. Ahora en cambio era una ciudad mucho más dócil, más agradable. Más casera.

Mucho más entrañable de entrar en los viejos pubs de madera rodeado de locales al calor de las llamas de las chimeneas, mientras un pequeño grupo de música celta ameniza el ambiente como melodía de fondo, mientras el resto de los presentes se sienten ajenos, entretenidos en sus conversaciones, en su deguste de whisky. No sería lo mismo si se prestara atención a los músicos. Y ellos tampoco lo requieren. No sonaría igual sin el murmullo de fondo y los sonidos de vasos y jarras en la barra.

Delicioso.


No era este un viaje para verlo todo, así que dejaré a la buena vista de los visitantes el descubrir los misterios de su castillo, el caminar por la milla Real desde la residencia de la Reina y el parlamento Escocés, de subir al Arthur's seat... Nada de turismo. Este era para mí.


viernes, enero 26, 2007

Monólogo de V con la Justicia

Hola Bella Dama, bonita noche ¿verdad?

Perdone mi intromisión. Quizás deseaba pasear. O sólo disfrutar de la vista. No importa. Es hora de que tengamos una charla. Ah... Olvidaba que no nos han presentado.

No tengo nombre. Llameme "V". Señora Justicia... Aquí "V". "V"... Aquí señora Justicia.

Hola Señora Justicia.

Buenas noches V.

Ya está. Ya nos conocemos. Soy admirador suyo desde hace tiempo. Oh! Ya sé lo que piensa...

El pobre chico está loco por mi...

Lo siento Madame. No es así en absoluto. La admiraba... aunque a distancia. La miraba desde la calle cuando era chico. Le decía a mi padre: "¿Quién es esa dama?". Y me contestaba: "Es la señora justicia". Y le decía: "¿No es bonita?".

No era sólo algo físico. Sé que no es de esas. No. La amaba como persona. Como ideal. Pero eso fue hace mucho. Ahora hay alguien más.

¿Qué? V! ¿Me has traicionado por una ramera vanidosa de labios pintados y sonrisa incitante?

¿Yo? Disiento! Fue tu infidelidad la que me echó en sus brazos.

Ah-Ha! Te sorprendí, ¿eh? Pensabas que no sabía lo tuyo. Pues lo sé. Lo sé todo. No me sorprendió. Siempre te gustaron los uniformes.

¿Uniformes? No sé de que me hablas. Tu siempre fuiste el único, V...

Mentirosa! Zorra! Ramera! ¿Niegas que te lanzaste a sus brazos y a sus botas?

¿Te comió la lengua el gato? Eso parece.

Te has mostrado por fin. Ya no eres mi justicia. Ahora eres su justicia. Te acostaste con otro. Dos no pueden jugar a este juego!

Snif! ¿Q-Quién es ella? ¿Cómo se llama?

Se llama Anarquía. Y me ha enseñado más que tú como mujer! Me ha enseñado que la justicia es inútil sin libertad. Es honesta. No hace promesas, ni las rompe como tú, Jezabel. Me preguntaba por qué no me mirabas a los ojos. Ahora lo sé.

Adiós querida. Me entristecería por nuestra separación, pero ya no eres la mujer que amaba.

Aquí tienes un regalo final.

Las llamas de la libertad. Qué hermosas. Ahh, mi preciosa anarquía... Hasta ahora no conocía tu belleza.


V en V de Vendetta, de Alan Moore en el Central Criminal Court en Holborn (Londres).

jueves, enero 25, 2007

Agradable y semiblanco despertar

Ya hemos hablado con anterioridad de la facilidad con que se nos contenta a los seres humanos. Especialmente a los que como yo nos hemos levantado esta mañana, para en la batalla diaria con la legaña y el despertador dejar entreveer con un poco de luz como una fina capa de nieve cubría Londres.



Un pequeño regalo mañanero ya extinto a estas horas. Nada de nada. Aún así una alegría, porque me ha recordado las guerras de nieve, las caidas imposibles, los derrapes ciclistas en Karlsruhe... Además ya sabeis que la nieve en la ciudad si dura poco es de lo más chulo. Si dura mucho, como bien decían los amigos Erasmus en los paises nórdicos, se convierte en la mierda blanca. :) jejeje.


Llegando a la torre oscura, central de los crispis donde trabajo, las vistas eran preciosas. Desde arriba del todo, como Saruman en Isengard, se podía ver nieve hasta donde alcazaba la vista.

Confiemos en que los próximos días siga haciendo el mismo fresquito invernal y tenga la posibilidad de acercarme a los puntos turísticos a ver la cara que nos muestran. Me apetece ver el Big Ben con nieve!!! :) ¿Y a vosotros os a nevado ya? (Chus, tú en Canarias no cuentas!!!)


miércoles, enero 24, 2007

Gotme!

Un breve ejercicio de narcisismo para comentaros que ya estoy disfrutando del generoso regalo de sus majestades de Oriente, que llegaron con un poco más de retraso de lo esperado... aunque nunca es tarde si la dicha es buena. Jeje. Una lente f/1.4 de 50mm. Ñam Ñam!!!

Rapidamente para los menos interesados en esto de la fotografía, lo que hace a esta lente especial es que es mucho más luminosa que una lente normal porque la apertura se puede hacer mucho mayor (1.4) así que necesita mucha menos luz para hacer fotos y el hecho de trabajar a esta apertura hace que la profundidad de campo sea menor, es decir que puedes conseguir que haya un pequeño margen enfocado en toda la foto. Cosa que siempre me ha encantado.

Como todavía no he enganchado a nadie para poder ir probando pacientemente (ya sabeis que soy un poco chapas) todas sus posibilidades, no me ha quedado otra que experimentar conmigo mismo. Más lo siento yo. :P

martes, enero 23, 2007

Algunas flores: Columbia Road Flower Maket

Vaya vaya vaya... si va a ser que voy a volver a hablar de Londres!!! Esto si que no os la esperabais eh? Claro, os tengo desacostumbrados. Pero tampoco os hagais ilusiones, que no creo que dure demasiado. Jejeje.

A lo que ibamos, que ya era hora de mostraros alguno que otro mercado de esta ciudad. En esta ocasión uno más pequeño y recogidito. Situado en Columbia Road, en la zona Este de Londres, se encuentra una pequeña calle, de aspecto indiferente que los domingos se pone el traje de fiesta y se llena de colorines de flores para que todos aquellos que atraidos por ellas cual abeja Maya, quieran tener un pequeño detallito con alguien especial, añadir un poco de luz al hogar o cualesquiera que sean las razones que le lleven a uno a comprar flores.

Lo mejor ya os podreis imaginar que es lo bien que huele. Además esta muy animadete con los floreros (lease como vendedor de flores) a grito pelado, asegurandote un mínimo de semanas de vida para cada flor (Lo cual está muy bien para alguién como yo carente de todo instinto jardineril).


Este mercado comenzó a idearse a mediados del siglo XIX cuando se pensó como un lugar donde poder vender pescado fresco traido directamente de los barcos que amarraban en el Tamesis en la zona Este (cuando Londres permitía que barcos mercantes surcaran el Tamesis, cosa que ahora esta prohibida con la consiguiente desintoxicación de sus aguas). Para que esto funcionara, era necesario conseguir que el tren llegara hasta la zona, pero se falló miserablemente debido a tramites burocráticos y la idea de un mercado cayó en el olvido hasta que los inmigrantes judíos establecieron unos cuantos almacenes en la zona.

Como el día religioso de los judíos era el sábado y no se permitía trabajar, se consiguió un permiso para poder funcionar como mercado los domingos. Por aquel entonces empezó a tomar fuerza la idea de las plantas, pues otros mercados como el de Convent Garden y Spitafields agotaban sus existencias los sábados. Asi que poquito a poco se fue estableciendo como un sitio donde comprar las plantas cuando se habían acabado en los demás sitios (extraña filosofía de negocio, de cualquier manera).

Como dato curioso, se impusó una norma por parte del ayuntamiento en que los comerciantes perdería su licencia si no aparecían al menos una domingo de cada cuatro, por lo que temerosos de perderla empezaron a asistir más asiduamente, formando el pequeño y divertido conglomerado actual.

Por supuesto no es algo excesivamente grande ni impresionante, pero es curioso para visitar si se pasa por la zona. :)