Los fiordos de Seyðisfjörður. Por Islandia (17)
Felizmente establecidos en Egilsstaðir, tras el accidentado paso del Öxi, nos lanzamos a atravesar la montaña que nos separaba de los fiordos del Este.
Como os considero a todos gente culta y de sobrados conocimientos no es mi intención aburriros explicándoos lo que es un fiordo, pero dado que yo no tenía ni idea y para los que faltaron a clase de "Natus" de ese día simplemente es un valle formado tras el derretimiento de un glaciar en contacto con el mar. Es decir donde antes había un glaciar ahora entra el mar. Están por lo tanto inundados de agua salada.
Tras esta lección de garrafón, nos adentramos en la montaña para intentar llegar a Seyðisfjörður, un pequeño pueblo pesquero escondido entre los 16 kilómetro del fiordo de mismo nombre.
Precioso pueblecito, cuyo acceso entre las montañas resulta de lo más pintoresco, siguiendo el cauce del río Fjarðará...
... y con él 25 cascadas entre las que destaca Gufufoss, semicongelada en un saliente y escondida en un recodo de la carretera.
Seyðisfjörður se formó en 1848 y mantiene muchos de los edificios de madera construidos originalmente por los colonos noruegos, que se desplazaron a esta zona por sus características pesqueras. La planta de procesado de pescado se cerró en 2003 con lo que la mayor parte de la población vive del turismo y se ha convertido además en un lugar de encuentro para artistas y músicos, con un festival internacional de artes que lo mantiene ocupado durante los meses de Junio a Agosto.
Avanzamos por la cara sur del fiordo, intentando llegar a un punto donde pudieramos apreciar en todo su esplendor las maravillas naturales y flipar un poco. De nuevo tras un día de inclemencias y sin poder ver el sol, el cielo se abrió para recompensar nuestros esfuerzos y regalarnos un atardecer de los suyos, eterno entre el paisaje desolador que nos llevaba a Skálanes, uno de los punto más orientales de la zona.
Fue completamente imposible llegar a Skálanes, nuestra poca pericia al volante, unido a un terreno embarrado y a una cantidad creciente de nieve nos volvió a obligar hacer uso del comodín de la cobardía y retirada. :)
Todavía con la boca abierta retomamos el camino de vuelta que nos devolvería a Egilsstaðir. Entre la resistencia del sol a ocultarse y la subida continuada dirección poniente, alargamos los instantes un poco más y al llegar a la cima, le dijimos definitivamente adiós rodeados de nieve en uno de los momentos más preciosos y polares de todo el viaje.
Como os considero a todos gente culta y de sobrados conocimientos no es mi intención aburriros explicándoos lo que es un fiordo, pero dado que yo no tenía ni idea y para los que faltaron a clase de "Natus" de ese día simplemente es un valle formado tras el derretimiento de un glaciar en contacto con el mar. Es decir donde antes había un glaciar ahora entra el mar. Están por lo tanto inundados de agua salada.
Tras esta lección de garrafón, nos adentramos en la montaña para intentar llegar a Seyðisfjörður, un pequeño pueblo pesquero escondido entre los 16 kilómetro del fiordo de mismo nombre.
Precioso pueblecito, cuyo acceso entre las montañas resulta de lo más pintoresco, siguiendo el cauce del río Fjarðará...
... y con él 25 cascadas entre las que destaca Gufufoss, semicongelada en un saliente y escondida en un recodo de la carretera.
Seyðisfjörður se formó en 1848 y mantiene muchos de los edificios de madera construidos originalmente por los colonos noruegos, que se desplazaron a esta zona por sus características pesqueras. La planta de procesado de pescado se cerró en 2003 con lo que la mayor parte de la población vive del turismo y se ha convertido además en un lugar de encuentro para artistas y músicos, con un festival internacional de artes que lo mantiene ocupado durante los meses de Junio a Agosto.
Avanzamos por la cara sur del fiordo, intentando llegar a un punto donde pudieramos apreciar en todo su esplendor las maravillas naturales y flipar un poco. De nuevo tras un día de inclemencias y sin poder ver el sol, el cielo se abrió para recompensar nuestros esfuerzos y regalarnos un atardecer de los suyos, eterno entre el paisaje desolador que nos llevaba a Skálanes, uno de los punto más orientales de la zona.
Fue completamente imposible llegar a Skálanes, nuestra poca pericia al volante, unido a un terreno embarrado y a una cantidad creciente de nieve nos volvió a obligar hacer uso del comodín de la cobardía y retirada. :)
Todavía con la boca abierta retomamos el camino de vuelta que nos devolvería a Egilsstaðir. Entre la resistencia del sol a ocultarse y la subida continuada dirección poniente, alargamos los instantes un poco más y al llegar a la cima, le dijimos definitivamente adiós rodeados de nieve en uno de los momentos más preciosos y polares de todo el viaje.
15 comentarios:
Que gusto de fotos!!
Despues de tanto robot, mquillaje y pelo...un poco de aire libre.
Impresionantes!!
acabo de descubrir 28 nuevos tonos de marrón... impresionante
lo que se ve en la foto 11 es un caseto destartalado en medio de la nada?
Y vaaaaan 17!! Lo curioso es que cada post te descubre nuevos paisajes, colores y sensaciones. Mu gonito, pero que mu gonito, oiga.
Si, un poquito de aire libre como desintoxicación, no esta mal. :D Además así el contraste es mayor... jajaja!
Ya van 17, pero cojan fuerzas y un último aliento que esto se acaba en breve... :(
Choupa, si que es una casa destartalada abandonada donde no llega nadie. LO hace aún más desolado y salvaje no?
pues una vez más me he quedado anonadada, estoy impresionada con cada sitio nuevo que enseñas... por que algunos de ellos no tienen nada que ver con lo anterior... pensaba que después de haber visto la playa en islandia... lo habáia visto todo, pero veo que todavía quedaba más... que chulada, ignacio
Pues nada, nada, mientras nos sigan gustando, todos contentos. :)
Nosotros pensabamos lo mismo, parecía que cambiabamos de país cada cierto tiempo. Manteníamos la soledad eso sí, pero eso le daba su toque aventurero. Jajaja!
Deja de poner fotos tan chulas porque se me ponen los dientes largos y al final me quede en tierra...¡¡maldito dinero!! :-) ¿este viaje se iba a repetir no? ja,ja
Jejeje... a mi me queda hacer la parte de arriba. ¿Cuando vamos?
En primavera-verano no????
No te animas en invierno? Bah! Que miedica... ;-)
ja,ja.. me guío por mi instinto al ver a Bea petrificada y mira que era Mayo... así que, siiiiii soy una miedicaaaa!!! y encima al norte!! ja,ja...
Bueno... si Bea sobrevivió no vas a ser tu menos. :D, ya sabes, tres capas de pantalones y cuatro de abrigo y ya tenemos un muñeco de michelín a prueba de frío! jajaja
ja,ja... sobrevivir siempre...!!! pero no se trata de demostrar nada al mundo... así que todo el calorcito que sea posible será bienvenido!!!! ja, ja...
Ignacio, deduzco que os dejasteis alli todos los comodines de la cobardia que os fueron asignados en el aeropuerto al llegar, no?? jijijiji
Si, y los de la valentía nos los dejamos en casa... :S
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